Recordar que hoy es el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres es, por encima de todo, un acto de justicia social hacia quienes, directa o indirectamente, han sido o son víctimas de la más absurda e irracional de las violencias posibles. El hecho de que se conmemore internacionalmente, lejos de diluir nuestra responsabilidad institucional, social e individual, nos facilita la idea de la dimensión que alcanza uno de los más graves problemas que seguimos intentando erradicar desde un tiempo tan lejano como insoportable.

En la lucha contra la violencia de género existen dos evidencias paralelas e incuestionables: el largo y duro camino que todavía nos queda por recorrer y los logros que hemos alcanzado. El número de mujeres muertas a manos de sus maridos o compañeros es totalmente excesivo y los logros conseguidos, lamentablemente, insuficientes. En materia de violencia de género, contamos con un marco legislativo que proclama la igualdad entre mujeres y hombres como condición indispensable para su erradicación. Contamos con recursos y servicios asistenciales para las víctimas que, especialmente en nuestra región, vienen demostrando una eficacia más que notable. ¿Qué nos falta?: la firme y decidida implicación de toda la sociedad; es decir, no eludir nuestro compromiso ciudadano de no tolerar cualquier manifestación de violencia por razón de género bajo el débil argumento de que este problema social no nos afecta.

XPOR OTRA PARTEx, siendo conscientes de la transcendental importancia que para acabar con la violencia de género tiene la educación y la sensibilización de toda la sociedad, se han venido poniendo en marcha programas y medidas transversales adecuadas a la gravedad que esta situación nos exige. En este sentido, el pasado martes, la Junta de Extremadura y las Asociaciones de la Prensa de Mérida, Cáceres y Badajoz, junto con los medios de comunicación regionales, se han comprometido a velar unos y a cumplir los otros un acuerdo-marco contra la violencia hacia las mujeres. Un importante decálogo de principios a partir del cual los medios de comunicación, como instrumento a favor de la sensibilización, darán un mejor tratamiento a las noticias relacionadas con las mujeres en general y contra la violencia hacia las mujeres en particular.

Esta trascendental iniciativa reforzará, sin duda, la eficacia y eficiencia de los servicios con los que cuenta la Consejería de Igualdad y Empleo. La Red de Oficinas de Igualdad y de Violencia de Género, coordinada por el Instituto de la Mujer de Extremadura (IMEX), cuenta con 35 oficinas en nuestra Comunidad Autónoma y de sus programas se han beneficiado 81.522 personas en los dos años de su existencia. Esta red garantiza la presencia e implantación de nuestras políticas de igualdad en todo el territorio.

Mucho más compleja, desde un punto de vista orgánico y funcional, es la Red Extremeña de Atención a las Víctimas de la Violencia de Género; un proyecto que nació hace poco más de una década a partir de la creación de la Comisión Interdepartamental para la Prevención y Erradicación de la Violencia de Género, que entiende la atención a las víctimas como un servicio público. Un servicio garantizado por los presupuestos públicos, fundamentalmente los de nuestra comunidad, que aseguran su mantenimiento y sostenibilidad en el tiempo. Esta red es muy importante, no solo por ser la primera comunidad española que decidió construir una instancia donde estuviesen representados todos los estamentos judiciales, policiales, sanitarios, educativos y sociales de las diferentes administraciones, sino porque se otorga a esta comisión la función de diseñar las pautas y principios generales que todas las administraciones deberían seguir en materia de género en la comunidad extremeña.

Pasando por alto los logros que entre todos hemos alcanzado, debemos seguir trabajando, tomando conciencia, sensibilizándonos; en definitiva, debemos seguir viviendo y entendiendo que para acabar con la violencia contra las mujeres, en cualquiera de sus múltiples manifestaciones, es imprescindible contraer un compromiso tanto individual como social. Sabemos qué es el compromiso individual --todos conocemos a personas entregadas a esta causa-; qué es el compromiso colectivo, como el que han adquirido los medios de comunicación este 25 de noviembre. Nos falta el suficiente compromiso social que nos permita acortar el camino hacia la plena igualdad y la erradicación de la violencia de género.