La visita ayer del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, a Cáceres sirvió para repasar todas las actuaciones que su departamento está llevando a cabo en Extremadura y plantear soluciones cara a las reivindicaciones que se han venido realizando por parte de la ciudadanía, sobre todo en materia ferroviaria. El ministro quiso destacar el descenso en el número de incidentes registrados en el tren y lo justificó en la instalación de un taller de reparación de convoyes en Badajoz, apuntando además que cuando entre en servicio el Tren Talgo ahora en marzo las averías descenderán ostensiblemente en número. Igual que en otras ocasiones las críticas al ministerio han sido importantes desde este periódico, esta vez la actitud del ministro ha sido acorde, respondiendo a todos los compromisos adquiridos y poniendo de manifiesto los avances experimentados. Es más, cuando se le han pedido plazos concretos del futuro AVE ha preferido remitirse a la palabra dada que consiste en que el tren rápido estará rodando en 2019 y la electrificación de la vía llegará en 2020. Ha preferido huir de futuribles no previstos y no ir más allá --ha dicho- «para evitar frustración» si luego no se cumplen. Al final, la queja constante, la manifestación, el pacto ciudadano por el ferrocarril tiene efectos sobre el Ministerio de Fomento, que ha decidido atender a un problema que hasta ahora parecía no tener voz.