WVw einte años después de que el Ayuntamiento de Cáceres entregara 461 viviendas sociales en Aldea Moret a familias humildes de la ciudad, 383 de ellas se mantienen en una situación de irregularidad por cuanto no están escrituradas y muchas de ellas presentan un estado de degradación preocupante. Es incomprensible que desde 1987 el gobierno municipal socialista, primero, y el popular, después, hayan mirado a otro lado, dando pie a una situación de anarquía que representa un agravio comparativo respecto a una mayoría de cacereños que sí han cumplido con la legalidad en materia de vivienda. En estas promociones de las calles Ródano, Tíber y la plaza Primero de Mayo se han producido ventas indebidas, ocupaciones ilegales, negativas de algunos propietarios a escriturar e, incluso, abandono total de ciertos pisos. Y todo ello ante la desidia de los responsables municipales, que han incurrido en una dejación de funciones alarmante. La alcaldesa cacereña, escasas semanas después de acceder al cargo, se ha decidido a regularizar la situación en el menor tiempo posible. Sabe que el proceso es complejo por cuanto el problema, más que administrativo, tiene un tinte social importante. Carmen Heras ha advertido: "A nadie se dejará a la intemperie pero no vamos a consentir que después de tantos años no se cumplan los compromisos adquiridos". Es una buena declaración de intenciones que ahora tiene que llevar a la práctica con dosis de mano firme pero también de mano derecha.