La Consejería de Fomento va a poner en marcha un nuevo plan de viviendas que atenderá principalmente la demanda de los jóvenes, sector de población que viene reclamando con insistencia mayores ayudas para acceder a la compra o alquiler de un piso y poder de esta manera independizarse de su familia. Los primeros pasos serán la ampliación hasta 15.000 euros de la ayuda directa para comprar una vivienda y la edificación de 8.000 nuevas. Aunque sin duda la gran novedad es ahora la concesión de un cheque mensual de cien euros durante dos años para que la juventud puede acceder a un piso de alquiler.

Pero la iniciativa, dada a conocer en plena campaña electoral, quizá no tenga el éxito esperado por sí sola. La idea del Ejecutivo autónomo es loable y hasta los representantes juveniles la aplauden, pero el principal escollo hoy en día no es que el joven tenga unos ingresos inferiores al doble del salario mínimo interprofesional para conseguir la subvención, sino que logre un puesto de trabajo con cierta estabilidad para poder afrontar el coste que supone vivir fuera del seno familiar. Y aunque la oferta inmobiliaria pueda ser amplia, el mercado de trabajo es, por desgracia, escaso.