TLta Iglesia católica está preocupada por la falta de vocación sacerdotal de los jóvenes. Los seminarios se quedan solos y esto hace que no pinte bien para el futuro de la congregación. La jerarquía católica culpa de este desapego vocacional a la pérdida de valores éticos y a la propensión al materialismo y al consumismo de una juventud seducida por una sociedad volcada en exaltar e incitar al individualismo, la egolatría y el laicismo. Y sí, realmente la juventud de hoy sufre unos serios desajustes de los que deberíamos preocuparnos, aunque esa falta de vocación sacerdotal seguro que no se debe precisamente a preferencias conductuales, sino a cambios circunstanciales de la sociedad.

No podemos olvidar que hace años, antes de la democracia, en España los jóvenes no podían plantearse profesar otra religión que no fuese la católica, lo que implicaba el desconocimiento de otras religiones o del propio laicismo. Los chicos comenzaban a relacionarse con las chicas tardíamente con respecto a la actualidad, cosa que influía a la hora de decidir la vocación sacerdotal. De hecho no existían colegios mixtos y la relación entre el hombre y la mujer estaba vigilada, supervisada y orientada por representantes de la Iglesia católica. Por otro lado las familias con precarios recursos económicos veían en los seminarios la única opción para dar estudios a sus hijos.

Según una encuesta realizada por el CIS en julio de 2009, el 76% de los españoles se declaran católicos, sin embargo el 51% de estos se declaran no practicantes. Nada quiere decir que la mayoría de los españoles se bauticen, tomen la primera comunión y se casen frente a un altar, ya que luego no continúan cumpliendo con los preceptos que les impone la fe católica. Aquí se puede confundir tradición con creencia.

La Iglesia debería empezar a darse cuenta de que los tiempos y las circunstancias cambian. Son demasiados los españoles católicos no practicantes y entre estos es difícil encontrar jóvenes con vocación sacerdotal.