El voluntariado, un estilo de vida

Hoy 21 años después siguen siendo miles los hombres y mujeres de todas las edades los que siguen dedicando su vida a los demás, especialmente a los colectivos más desfavorecidos de nuestro mundo.

Me gustaría que estas palabras sean motivo de pequeño homenaje a todos esos voluntarios y voluntarias que con su estilo de vida nos enseñan a vivir más humanamente. Quiero hacer mención especial a los voluntarios y voluntarias del Taller de Integración Cultural y del Comercio Justo de Cáritas Interparroquial de Cáceres, porque ellos son imagen viva de cómo se puede aportar un granito de arena para que este mundo sea más justo y un lugar más feliz.

Quiero recordar, que el voluntariado es una forma de mirar la vida y de mirar a los demás, debe ser un estilo de vida. El trabajo de todos los voluntarios y voluntarias debe ayudar a transformar y promover una sociedad más justa y más participativa. No olvidemos que para el voluntariado no solo es suficiente la buena voluntad, es necesario formarse y no solo ejercer tu trabajo encerrado en tu organización, debéis vivirlo como algo global, movilizándose en la calle, denunciando las injusticias apoyando cualquier medida integradora o alternativa de justicia.

Desde aquí, quiero recordar a las organizaciones sociales que tanto dependen del voluntariado, que mimen el tesoro que tienen en sus manos, que apoyen con todas sus fuerzas el trabajo y la dedicación de este colectivo, para que nunca se sientan mano de obra barata, de la cual se tira para cubrir las necesidades de los proyectos y programas.

Las administraciones deben trabajar en pos de ellos, defendiendo sus derechos, dedicando recursos a su formación y capacitación, apoyando a las organizaciones que trabajan con voluntarios.

Felicidades amigo y amiga voluntario, por vuestro día, por vuestro trabajo que nos enseña a ser y hacer y nos anima a creer en lo que somos y eso nos ayuda a crecer.

José Vicente Granado **

Pescueza