Ayer comenzó formalmente la campaña de unas elecciones que, además de decidir quién administrará ayuntamientos y autonomías, se convertirán en las primarias de los comicios que dentro de unos meses decidirán si hay un cambio de ciclo político en España. El escenario en Extremadura, chequeado esta misma semana a través de una encuesta de Vox Publica para EL PERIODICO EXTREMADURA, presenta un horizonte en el que se da por segura la reválida de la mayoría absoluta por parte de los socialistas, a costa del Partido Popular. Mucho tendrán que cambiar las cosas, y en muy poco tiempo, para que esta tendencia se invierta. De acuerdo con el sondeo, dos escaños más sacaría Rodríguez Ibarra en detrimento de su rival directo, Carlos Floriano.

Ahora, los extremeños votaremos con la guerra de Irak y la catástrofe del Prestige todavía frescos en la memoria. Eso no debería significar sólo que las elecciones se conviertan en un plebiscito sobre las posturas adoptadas por el Gobierno o la oposición. Las movilizaciones ciudadanas han exigido a la clase política un avance hacia una democracia más madura. Deben recibir respuestas, para que la primavera de debate y participación de la que venimos no se convierta en desánimo y desmovilización.