El voto por correo para las elecciones del próximo domingo se ha disparado un 38% respecto a las elecciones del 2004. Si este tipo de voto es un indicador de la participación y si la participación es un factor que todas las empresas de encuestas destacan como decisivo para determinar qué partido ganará las elecciones, ya, a tres días vista, se podrían sacar algunas conclusiones: la gente va a acudir a votar el 9-M y el partido que ganará es aquel que le interesa que haya cuanta más participación mejor, es decir, el PSOE.

Son, lógicamente, conjeturas, pero que el voto por correo vaya a subir en estas elecciones un 38% en España y un 25% en Extremadura en relación a las elecciones generales pasadas, en las que ya se produjo una participación superior, respectivamente, al 77% y al 80% del censo, no es un síntoma que echar en saco roto, sobre todo por parte del PP, cuya estrategia pregonada por su responsable de comunicación ha sido el de tratar de desengañar a los ciudadanos de que lo mejor que pueden hacer el domingo es no ir a votar. Este dato, además, va acompañado de los de las encuestas que, prácticamente unánimes, indican que Zapatero revalidará la mayoría.