Acostumbrados como estamos a ensimismarnos, hasta el extremo de utilizar en exceso la primera persona, no nos percatamos del interés que pueden mostrar nuestras iniciativas lejos del cercano entorno.

Presos del flagelo y de los mini grupos. Hundidos en las divisiones internas que separan cualquiera de los niveles objeto de análisis: las provincias, los ayuntamientos, los barrios, las agrupaciones sociales, vecinales, políticas- Condenados, por tanto, a utilizar las gafas del asombro cada vez que salimos fuera, sin exhibir la fortaleza del orgullo de lo común.

Es por ello interesante que se escuche la voz de la comunidad donde más falta nos hace. Donde se esquivan los estereotipos. Donde se barren los prejuicios. Y es preciso, entonces, aplaudir actuaciones como la de los líderes que hablan de Extremadura en Madrid, Sevilla o Barcelona. Los deportistas que presumen lejos de su tierra de sus orígenes. Los científicos, artistas, escritores, actores- cuya formación inicial se realizó en nuestra tierra.

Cada vez que viajo trato de explicar las transformaciones acaecidas en la región y descubro con asombro cómo se contribuye a alimentar un ansia por conocer la auténtica (y desconocida) realidad extremeña. Digo desconocida, aunque sería mejor etiquetarla como minusvalorada, ya que lo cierto es que cada vez que hemos aparecido como pioneros de cualquier cuestión no se nos quiere dar el verdadero realce o alcance.

Así, sorprende ver como se califican de revolucionarias determinadas actuaciones en algunas comunidades, mientras que en Extremadura las tenemos hace tiempo. ¿Problemas de comunicación? Más bien de tópicos heredados.

Pregonemos, pues, lo positivo, sirvamos de embajadores de nuestras conquistas, atraigamos la llegada de nuevas gentes, hagamos atractiva la convivencia en un lugar donde la calidad de vida es uno de nuestros principales sellos de identidad. Evitemos complejos.

Por último no olvidemos que lo que nos ha unido hasta la fecha ha sido la caracterización de una tierra doliente y lo que nos va a identificar en el presente y en el futuro inmediato será la imagen de un destino lleno de posibilidades.