Profesor

Como la gente es muy mala, piensa que la política es una guarida de lobos siempre dispuestos a devorarse entre sí. La gente se equivoca. La política es un idílico paraíso y a su lado la comunidad de Ursulinas es una leonera. Aunque parezca mentira y suceda de tarde en tarde, llega un momento en el que un político debe abandonar el cargo que ostenta. Injustamente, claro, pues no encuentra razones suficientes para hacerlo ya que los problemas proceden de un colaborador cleptómano, demasiado complaciente con sus amigos banqueros o constructores o simplemente distraidillo, de la incompetencia del técnico o funcionario de turno e incluso de los elementos, que ya se sabe la importancia que tienen los elementos en la historia de España. Pero en fin, por el bien del partido, del Gobierno, de la nación o de cualquier otra altísima razón, quien puede hacerlo le comunica que se le acabó el chollo. Y entonces entra en juego el amor fraterno, la caridad bien entendida, el hoy por ti, mañana por mí. A fulano hay que buscarle una salida .

¿Por qué hay que buscarle una salida? Como la gente es muy mal pensada deduce que para los políticos volver a su trabajo es una tragedia y cualquier trabajo una deshonra. Otros opinan que quizás sea necesario buscarle una salida porque en sus años de alto cargo ha demostrado una inutilidad tal que no se le ve capacitado para encontrar un oficio o beneficio sin ayuda.

Y no falta quien piensa que en la vida privada no tiene ningún lugar en el que desarrollar una ocupación, o sea que no tiene dónde caerse muerto para que nos entendamos, pues pasó de la más absoluta miseria a la opulencia, del paro a los oropeles sin más sabiduría que la de averiguar quién manda y quién nombra y sin más práctica que la de lamer los traseros adecuados a la hora oportuna. Normalmente se les busca acomodo en un carguito, pero si el partido está en el poder puede colocarlo incluso en empresas privadas las cuales aunque no esperan de él ningún rendimiento técnico lo consideran una buena inversión debido al supuesto trato de favor que pueda tener por su conocimiento de ministros, consejeros y funcionarios.

Los hay con más suerte, pues para acabar su travesía les conceden un retiro dorado. Diputado del Parlamento Europeo. Y aunque Bruselas está muy lejos, dejas de influir en la política local y nacional y parece una jubilación anticipada, nadie desdeña un sueldo tan generoso. Claro que otros se lo montan mejor. En Valencia los expresidentes se han asegurado el sueldo, secretarios, coche, chófer y escolta durante varios años.

De manera que si al cesar en el cargo tu partido no te busca una salida puede deberse a que no tiene mucho poder o a que no te tienen en mucha consideración. Porque aquéllos a los que se premia con una salida, continúan manteniendo alguna cuota de poder, pero si te dejan a tu suerte quiere decir que estás muerto políticamente. Y aunque el evangelio diga otra cosa, resucitar es muy difícil y en política casi imposible.