TDte nuevo los libros más vendidos son los que justifican por qué el niño mordió al perro ; así parece ser en el caso de Tilo Sarracín con su reciente Alemania se descompone . Son 250.000 ejemplares a punto de acabarse. En la obra profetiza que Alemania se islamizará en breve, dando como solución: "no debemos adaptarnos a los extranjeros, sino ellos a nosotros". Nada nuevo se nos muestra más allá de quien lo dice y de la estela seguida por las teorías de Samuel Huntington con su mítico libro El choque de civilizaciones y la Reconfiguración del Orden Mundial (1996). A tenor de su pensamiento, civilizaciones como la occidental, la musulmana y la china, --entre las principales-- han reemplazado a las ideologías y a las naciones, por lo que las grandes diferencias entre los pueblos son ahora culturales más que políticas, económicas o ideológicas. En su texto se sigue manifestando que la cultura y las identidades culturales estarían conformando los niveles de cohesión, desintegración y conflicto en el mundo de la post-guerra fría. Siguiendo la estela americana --con cierto sesgo europeo--, Giovanni Sartori en su libro La sociedad multiétnica, pluralismo, multiculturalismo y extranjero (2001), mantiene que hay civilizaciones que en sí mismas están "preñadas" de conflicto en el trato con las demás; así dirá que "el problema es el Islam" en lo que atañe a la integración de sus creyentes en las sociedades occidentales. Mikel Azurmendi en la misma línea mantendrá que los inmigrantes deben ser tratados como individuos, adaptando sus proyectos individuales a la sociedad de acogida, nunca como grupos culturales que engangrenan la convivencia; de aquí que toda manifestación cultural propia de los creyentes en el Islam, como fortalecimiento de la misma, deba ser desechada.

Alimentada la realidad con estos marcos interpretativos el futuro parece abocado al conflicto hasta descender a los infiernos de la guerra y la eliminación del contrario. El después, desde esta lógica descrita, nos haría funcionar a los seres humanos en niños ecológicos de uniformidad étnica; parcelas atrincheradas en la desconfianza hacia el extranjero o si no que nos expliquen estos versados pensadores a qué viene enfatizar al que siendo necesario viene de fuera. Una humanidad pertrechada en el apego a los iguales y el miedo a los diferentes no la veo posible si hemos de convivir 7.000 millones de seres humanos en el mismo planeta. Es la hora de escoger, y si lo hacemos por el futuro de todos debemos de empezar a sentir al lejano, al extraño, al llamado desde siempre extranjero, como si nuestra misma carne se tratara. Estamos necesitados de asumir la identidad planetaria como concepto vertebrado de sentimientos de convivencia entre todos. Este futuro --de otra forma no será posible ninguno-- será de territorios abiertos, universales en esta Nueva Civilización que ya es presente. Identidad planetaria asumiendo que cada ser humano lo es a todos los efectos. Esta mágica creencia, apegada más que ninguna otra a nuestro ADN, será la lógica de la supervivencia para todos. A aquellos que siguen alimentando el conflicto entre extranjeros y poseedores del lugar, es hora de cerrar los oídos a sus lamentos del miedo y avanzar hacia estos otros pensamientos que nos descubrirán un futuro prometedor para todos como una única especie que libra la batalla por sobrevivir. Bienvenidos a esta mágica aventura de la vida. Bienvenidos.