Tras la puesta en libertad de los cinco miembros de ‘La Manada’, cuya bestialidad admitían --animalitos-- al considerarse a sí mismos una manada, la reacción solo podía ser la que ha sido, solo que multiplicada. Así, ha vuelto la indignación a las calles, y con lemas preocupantes, como «La Manada somos nosotras». Ha vuelto asimismo el cuestionamiento de un tribunal de justicia, con gritos que deberían cuidarse, tal que: «Jueces de mierda, la estáis juzgando a ella». Y ha vuelto también, como no podía ser de otro modo, el oportunismo político: de todos los partidos, por supuesto, aunque bastará con el del partido que gobierna, expresado por Dolores Delgado, ministra de Justicia, que considera urgente hacer «una reforma mental».

Sobre la indignación, poco que decir. Si antes de conocerse la primera sentencia contra los acusados ya estaban previstas manifestaciones en contra del fallo, al conocerse ahora el auto de la Audiencia de Navarra la reacción solo podía ser mayor, e incluso justificada, sobre todo por tratarse de una decisión judicial poco comprensible, ya que la ley establece que si la sentencia no ha sido recurrida, «la libertad provisional podrá prorrogarse hasta el límite de la mitad de la pena», es decir, ‘La Manada’, sentenciada a 9 años de cárcel, podía permanecer en prisión hasta enero de 2021. No es extraño, por tanto, el cuestionamiento que se hace del alto tribunal de Navarra, o de los dos magistrados favorables a su puesta en libertad. Pero resulta que uno de los votos favorables ha sido el de Raquel Fernandino, lo que prueba que es una juez independiente que se guía solo por estrictos criterios de legalidad, al margen de las manifestaciones o del volumen de las protestas. ¿Justicia machista, dicen?

Por último, ¿qué quiere decir la ministra de Justicia con «una reforma mental»? Es dudoso que se refiera a una reforma mental de los jueces, aunque la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ha anunciado que el Gobierno se personará como parte de la defensa en los casos de delitos sexuales, como si la Fiscalía General del Estado fuera incapaz o irresponsable.

Punto y final: No sé qué decir.

*Funcionario.