WQwuince meses después de que la empresa cacereña Waechtersbach saliera de la crisis más importante de su historia, vuelven las dificultades. Los principales clientes de la fábrica de cerámica han pospuesto sus compromisos y el dueño de la misma, Alejandro Rodríguez Carmona , ha presentado un plan de reducción de sueldo y jornada de los 92 trabajadores hasta enero de 2005. Es de justicia señalar el riesgo que asumió este empresario cuando la Waechtersbach estuvo a punto de cerrar, pero no es menos justo dejar constancia de la responsabilidad y el sacrificio, constantemente puestos de manifiesto por los trabajadores a lo largo de la crisis, así como de la solidaridad de la sociedad, concretada en la reducción en más de un millón de euros de la deuda que tenía la empresa con la Seguridad Social, Hacienda y otros organismos públicos. Ayer, a raíz de que este periódico informara sobre el delicado momento de la Waechtersbach, no se hicieron esperar, otra vez, las muestras de solidaridad formuladas por el alcalde Saponi al hacer pública su disposición a ayudar a la empresa. Esa disposición, que también comparte UGT, es un patrimonio de la propia Waechtersbach que el empresario debe tener presente y gestionarlo con prudencia.