Wim Duisenberg (Heerenveen, Holanda, 9-7-1935), presidente del Banco Central Europeo (BCE), ha admitido que la entrada en vigor ahora hace un año del euro como moneda única europea ha provocado una subida generalizada de los precios. Es algo que ya sabíamos todos los ciudadanos, pero tranquiliza mucho que la máxima autoridad monetaria europea lo reconozca y que, incluso, se atreva a decir: "Deberíamos haber sido más honestos sobre este tema". Aunque como no da soluciones, lo perdido al río, y si algún día las cosas se arreglan, el mérito será suyo.

Duisenberg es un gran teórico en lo suyo. Licenciado en Ciencias Económicas, en 1965 se doctoró con una tesis sobre las consecuencias económicas del desarme; luego, durante cuatro años, trabajó en Washington para el Fondo Monetario Internacional y de ello salió el libro El FMI y el Sistema Monetario Internacional ; fue profesor de Macroeconomía y luego ministro de Economía en Holanda cuando estalló la crisis del petróleo y, tras defender las virtudes del endeudamiento público, se convirtió en adalid de la máxima austeridad. Mutante en la teoría, también lo es en la práctica. Una vez llegó a afirmar que los mercados se equivocan y ahora reconoce que los equivocados son él y los que le acompañan. Se dice que deberían cambiarle, pero él es el que cambia para seguir.