Después de que el Consorcio Gran Teatro, que aglutina a los patronos que sufragan el Womad en Cáceres, haya ofrecido a los organizadores del festival la posibilidad de retomar las negociaciones sobre la edición del 2008, se abre una nueva oportunidad para que el encuentro de música tenga lugar el próximo mes de mayo. Hace falta, sin embargo, mucha finura por las dos partes para que esa oportunidad fructifique, y lo que cabe exigir a nuestros representantes es que hagan un esfuerzo para desplegarla, porque de lo ocurrido en los últimos días se deduce que lo deseable es, por un lado, que Cáceres siga siendo escenario del Womad y, por otro, que ese Womad cacereño sea distinto --mejor-- que el que se ha ofrecido en los últimos años: ese es el espacio --angosto espacio-- de negociación y en él se tendrán que mover las dos partes.

Quienes rompieron las negociaciones fueron los organizadores del Womad (ellos firmaron la carta en la que se anunciaba la renuncia a Cáceres), pero hasta eso habrá que no tener en cuenta si se quiere alcanzar el objetivo de lograr el Womad que se desea.

A los representantes de las instituciones, que manejan el dinero de los ciudadanos, cabe exigirles, además, que antes de sentarse a la mesa de negociación hayan conseguido una posición común. Que el Consorcio tenga una sola voz es condición indispensable para que los organizadores del Womad se avengan a razones para que el festival mejorado continúe. Es una pena que el espectáculo de la división haya debilitado los argumentos del Consorcio, que son perfectamente defendibles.