La propagación de la neumonía asiática ha llevado a las autoridades chinas a nombrar ministra de Sanidad a la viceprimera ministra Wu Yi (Wuhan, provincia de Hubei, 1938), que goza de una muy notable fama de eficacia. En un sistema político de extrema misoginia, ella es la única mujer del actual politburó (máximo órgano de gobierno compuesto por 24 miembros titulares elegidos por el comité central del PCCh) surgido del último congreso comunista de noviembre. Desde 1921, en que se fundó el PCCh, sólo dos mujeres sin lazos afectivos con los dirigentes del momento han formado parte del politburó (en 1945 y 1956).

Inteligente, trabajadora y con tanto coraje como capacidad para la negociación, la ingeniera Wu, procedente de una familia de intelectuales, empezó a labrarse su futuro político supervisando el desarrollo industrial de Pekín como teniente de alcalde (1988-91). Su mayor conquista la alcanzó en su etapa de ministra de Comercio Exterior (1993-97) negociando con mano firme (la llamaron la dama de hierro china) la integración de su país en la Organización Mundial de Comercio, un hito para un régimen comunista.

Aunque Wu no es experta en sanidad, sino en petróleo y en economía, le ha sido encomendada la dirección de la lucha contra el llamado SARS. La salud de millones de chinos depende de ella.