Maestro

Tras los resultados del CIS Aznar anuncia el nombre de su sucesor y como quien realmente manda en el PP es don Manuel, pues tenemos candidato gallego. Lo de llegar a presidente o liderar la oposición lo decidiremos en su día, todos y cada uno de quienes tenemos el derecho y la obligación democrática de votar. Antes, tenemos que rearmarnos y exigir que el Parlamento sea realmente el foro en el que se debatan los problemas que nos atañen y el lugar donde toda la verdad resplandezca y se dé cumplida cuenta de las decisiones tomadas al margen del debate parlamentario, ante unas comisiones de verdad, no de esas que se abren por quedar bien y las cierra en falso el abuso de la mayoría absoluta silenciosa. Se abrió el cuaderno azul, habló el dedócrata (que no demócrata) y, ¡prietas las filas! Lo de la democracia interna, en la mayoría de los partidos, suena a milonga y las bases están para decir amén. Van a cumplirse 25 años de convivencia democrática y el panorama no está como para bromas. La econosuya, como siempre, les va de maravilla. Los apuros nuestros para llegar a fin de mes, no les preocupa porque su realidad no coincide con la nuestra. A estas alturas de nuestra vida en democracia, cada vez es más difícil creer que cuando algunos hablan de mejorar nuestra sociedad se refieran a la de todos y no a sus sociedades anónimas, ocultas, limitadas, de ambición sin límites, porque las mejoras en la sociedad que conformamos todos y cada uno de quienes no pertenecemos a la clase política y aledaños no se perciben con la claridad que se perciben sus incrementos salariales (18%), sus chanchullos, connivencias, prevaricaciones, su desinterés por lo que nos pasa y su desmesurado interés por el suelo. Pero no por el que pisamos, sino por todo aquél susceptible de transformarse en inasequibles adosados, bloques y otras formas de especulación en forma de vivienda. Mientras, la cúpula socialista debate una sólida propuesta de futuro para la vida política española, ajustada a la realidad plural de las comunidades desde la unidad de España, tratando además de revitalizar el Senado como foro vivo y no como refugio dorado de quienes pierden elecciones y tras decir que no se van, a la vista de la nómina, se van sin decir adiós. ¿Para eso pedía confianza el señor Floriano? La historia se repite de Barrero a Floriano. Lo de Madrid ha sido vomitivo, pero sería bueno que votasen todos, porque pudiera darse el caso de un gobierno de mayoría absoluta, logrado con porcentajes bajísimos de votos, que creyera que, de verdad, representa a la mayoría de los madrileños.

La oferta de colecciones anuncia el final del verano. Un verano negro para nuestra tierra. Estos días he sentido el impulso irrefrenable de visitar la encina Terrona, tal vez buscando un referente vivo de más de 800 años para reflexionar sobre la necesidad de mejorar el cuidado de la Naturaleza en general y de nuestros árboles en particular, que son garantía de aire puro, cielo limpio, pluviosidad, variedad faunística y fertilidad del suelo. Si perdemos eso, ¿qué nos queda? La hipoteca.