TLto oí el otro día a unas amigas. Se referían a ZP. A mí me parece buena gente, que convence. Porque físicamente no me gustan los hombres, aunque respeto y tengo amigos homosexuales que no son misóginos. No cabe duda que, en principio, y por mucho que rabien algunos, la forma de comportarse y decir de ZP enamora, convence. La copulativa de mis amigas (la conjunción, oigan) completaba una frase que ellas habían admirado del futuro presidente, cuando antes de constituirse las nuevas Cortes le dijo a los parlamentarios de su grupo que "fueran ojos, oídos y el corazón de la gente". ¡Qué bonito¡ ¡Qué amor¡ ¡Que encanto¡ (A ver si entre tanta bronca a la que el adusto gesto del anterior inquilino de la Moncloa nos tenía acostumbrados no hemos perdido esas expresiones que sólo pueden parecer cursis mal empleadas). Hago votos para que se cumplan intenciones y promesas. Se ha empezado bien, con paridad, con acogida a todos en las mesas del Congreso y el Senado. Y eso me parece bien en esta España plural. Perdón, todos no. Hay quienes se han autoexcluido aduciendo que detrás "tenemos casi 10 millones de votantes --9,6 --, como si el resto, más millones de votantes de los que no se farda, tuvieran que pedir perdón.

*Periodista