No hay conflicto. Los extremeños están felices como están: dentro de la España autonómica (el 81% cree que la estructura del Estado en comunidades autónomas es beneficiosa), y como una región (el 97% reclama para Extremadura esa denominación). Aquí caen lejos las discusiones sobre mayores cotas de autogobierno que tan encendidamente tienen lugar en otras partes de España.

La encuesta del CIS deja poco margen para pensar que Rodríguez Ibarra es un político en horas bajas: nada menos que el 48,6% de los encuestados considera buena su gestión y le otorgan cualidades que hacen más sólido su liderazgo: experiencia, inteligencia, honradez y eficacia. Los extremeños sólo ponen a su presidente el lunar de la imprudencia. La oposición, con estos datos, tiene difícil asaltar "la fortaleza Ibarra".