XSxupongo que el ciego de la frase era un hombre de fe y aunque no se sabe si llegó a ver, es indudable de que estaba iluminado por la luz de la esperanza. Yo también, como el ciego, digo ya veremos respecto a esta sección que hoy se abre en EL PERIODICO, porque aunque no me falta esperanza, está por ver si EL PERIODICO acepta el envite de este A contrapelo , que puede ser el rompimiento del pensamiento uniforme.

Aquí, ya lo aviso, no va a encontrar el lector los sempiternos ataques al Partido Popular ni sahumerio religioso-fanático hacia Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Este A contrapelo , si lo es, no lo será por alinearse en la procesión de los alineados, capaces de buscar justificaciones para entrar en la foto o seguir en ella. Así es que ya veremos.

Y ya veremos qué sale de la tan cacareada entrevista entre Rodríguez Ibarra y Zapatero, por ese orden, porque como bien se ha dicho, Rodríguez Ibarra es hoy una de las personas más influyentes y poderosas de España. Que sea para bien y que sirva para algo más que acaparar fotos y titulares. Vamos, que lo aproveche y nos aproveche, porque si con el renovado poderío seguimos entre las regiones europeas Objetivo Uno, seguimos con la tasa más alta de paro, seguimos con la menor renta per cápita de España, con el menor salario medio, con la huida de nuestros jóvenes a otras comunidades a buscar trabajo... ¿Qué podrá cambiar? Ojalá que mucho, porque como dicen los glosistas del poder, Ibarra no se conforma con poco . Ya veremos.

De momento lo que vemos es que estamos donde estamos y como estamos, después de la feliz coincidencia de 14 años de felipismo con ibarrismo . ¿Qué nos trajo todo aquello? Que Extremadura se quedara un poco más descolgada, porque al Gobierno socialista de Felipe González no le importó para nada Extremadura y el chirriante Ibarra de la etapa del Partido Popular era el gran mudo autonómico de aquellos catorce años de maridaje. En el año 1986 el PSOE prometió el AVE para Extremadura, pasaron los años y el presidente extremeño sufrió un ataque agudo de faringitis política que le ha durado desde entonces hasta hace unos días. ¿Que ahora será distinto? Ya veremos.

Pero, de todos modos, lo importante es que la cercana influencia de Ibarra sobre Zapatero se traduzca en algo más que en gestos y guiños, porque si algo nos sobra es la hueca palabrería al uso.

Si ahora podemos más que antes, que se traduzca para reducir los penosos índices de estos veinte años de ibarrismo y para, por ejemplo, para reducir en unos añitos la llegada del AVE. Un AVE, lograda por el Partido Popular y que, de momento, ha paralizado el recién estrenado gobierno de Zapatero. ¿Lo quitan para que Ibarra pueda exigirlo y apuntárselo como uno de sus logros?

Ya veremos.

*Portavoz del PP enla Asamblea de Extremadura