TZtapatero se está quedando con todo en el PSOE. Ni Felipe González que hubo de navegar con Alfonso Guerra siempre de guardia en la poterna tuvo tanto poder dentro de la organización partidista. El adiós de Juan Carlos Rodríguez Ibarra --que tantas veces fue el tábano de la situación-- le deja definitivamente las manos libres para hacer y deshacer en el partido. De la vieja guardia, los que acompañaron a Felipe González en el histórico regreso del Partido Socialista al poder (1982) sólo queda Manuel Cháves . Pero Cháves ya ha demostrado que en la tabla periódica habría que situarlo entre aquellos metales valorados por sus ductilidad.

La agenda oculta de Zapatero se va cumpliendo. Su esquema de actuación es florentino, lo conocen bien los dirigentes socialistas de Castilla León y podría dar detalles Juan José Laborda , otrora presidente del Senado. O Pasqual Maragall , el hombre que le apoyó para llegar a la secretaría general pese a que el candidato oficial de Almunia y Rubalcaba era José Bono . La suya es una forma distinta de hacer política: suaves modales y maniobras orquestales en las que sin disonancias ni brusquedades los demás solistas se van quedando sin entrada en el pentagrama. Su discurso aparenta ser transversal: todo el mundo es bueno y todos cuentan. La realidad es otra y está al servicio del único objetivo que desde Alcibíades a nuestros días ningún político ha perdido de vista: el poder. Y si es posible todo el poder, mejor.

En su partido, desde luego, lo ha conseguido. Mientras esté en La Moncloa ningún dirigente de su partido se arriesgará a decir en público algunas de las cosas que dicen en privado. Cosas sobre cómo se ha llevado lo del Estatut , o lo de la memoria histórica , o la política de inmigración. Zapatero es hombre de encuestas. El anunciado adiós de Rodríguez Ibarra le deja solo en lo más alto. Con Alfonso Guerra en el suave exilio de la Comisión Constitucional y la fundación Pablo Iglesias, no sé si Pepe Blanco , un caballero sensato, se atreverá a recordarle al jefe que sólo es un hombre. Convendría.

*Periodista