Nunca ha faltado sangre en el hospital Virgen del Puerto ni se ha suspendido intervención alguna por falta de sangre, todo gracias a los donantes de sangre. Lo destacó ayer el que ha sido durante veinte años presidente de la hermandad de donantes Virgen del Puerto, Pablo Vicente, que ha querido agradecer con un libro denominado 100.000 gestos de solidaridad los gestos de las 18.000 personas del área de salud que han hecho posible que en 2008 se alcanzaran las 100.000 bolsas de sangre.

El de ayer fue sin duda un día para el agradecimiento y de homenaje a los donantes y estos no dudaron en arropar a Vicente abarrotando la biblioteca del parador de turismo. No faltaron tampoco el presidente de la Junta, el obispo, un donante que, por circunstancias de la vida, se ha convertido en receptor de sangre y el enfermero y psicólogo José Manuel Párraga, que escenificó con un video el agradecimiento de los donantes al que ha hecho posible que la hermandad placentina haya conseguido cifras récord de donaciones, Pablo Vicente.

Este, muy emocionado, no se cansó de dar las gracias. Primero y, sobre todo, a los donantes "que han conseguido con sus donaciones que este libro llegue a sus manos". Segundo, a los colaboradores de los pueblos y además, a su directiva, a su familia y a los fallecidos León Moreno Arenas y su esposa Pláceres, que al donar parte de su herencia a la hermandad, han hecho posible que esta costeara su publicación.

Una publicación que hace un repaso por la historia de la donación en Plasencia desde que, en 1967, la hermandad de donantes echara a andar gracias a la entonces Caja de Ahorros de Plasencia. Es "la historia de la solidaridad", en palabras del enfermero José Miguel Párraga, que sorprendió a Vicente con un video de imágenes del presidente de la hermandad con música de la versión de Serrat del poema de Machado Cantares.

Testimonio

Otro momento emocionante de la tarde fue la intervención de José María Cobos, de Serradilla, que se hizo donante de forma "altruista y desinteresada", pero que después se convirtió en receptor involuntario al sufrir un infarto de miocardio en 2005 y al diagnosticarle una leucemia en el 2009.

Ayer contó que, desde entonces, tuvo que recibir numerosas transfusiones de sangre --hasta 93 bolsas de hematíes-- y afirmó: "No ha habido una sola vez que haya recibido una transfusión y no haya recordado a los donantes que en esos momentos estaban a mi disposición. Mi presencia aquí se la debo a ustedes y por eso, mi eterno agradecimiento", subrayó.

José María, ya trasplantado de médula, aprovechó para realizar un llamamiento a los jóvenes: "Que se hagan donantes de sangre y de médula porque es una forma de dar vida sin acortar la suya. Les animo a confiar en nuestros servicios sanitarios".

El obispo subrayó también que "donar sangre es donar vida y el que dona ama a los demás", mientras la alcaldesa destacó la perseverancia de Pablo Vicente, que "sintetiza toda una vida dedicada a los demás" y ensalzó además la actividad "continua y cotidiana" de la hermandad.

Los elogios a Vicente llegaron también del presidente de la Junta, que hizo hincapié en el hecho de que "la sangre no se puede comprar porque no está en venta" y ahondó en la necesidad de nuevos donantes. "Es imprescindible que se incorporen nuevos donantes para intentar mejorar lo que hemos conseguido".

Donantes que, hasta ahora, viven sobre todo en zonas rurales, destacó. "La donación la soportan los pueblos por encima de un 80%. En el medio urbano pensamos que alguien ya la donará y por eso, esta es una asignatura pendiente".