Desde las ocho menos cuarto de la mañana a las tres del mediodía. Este es el horario del campamento que la asociación Asaju y el ayuntamiento organizan por quito año consecutivo en el colegio La Paz del barrio de la Data. Es la única actividad para los niños que hay en verano con este horario, adaptado a las horas de trabajo de los padres.

"Los niños están muy contentos y los padres encantadísimos con esta flexibilidad de horario que les permite organizarse mejor para el cuidado de sus hijos en verano", señala Olga Fernández, organizadora del campamento, monitora del taller de cocina y miembro de Asaju. "Lo creamos hace 5 años con la idea de hacerlo únicamente ese verano pero tuvo tanto éxito y la gente estuvo tan contenta que año tras año hemos ido repitiendo, hasta hoy", añade Fernández.

Este año, el campamento cuenta con unas cifras de 72 niños en el grupo de la segunda quincena de julio, ya finalizado, y 59 para la primera quincena de agosto. Los niños, con edades comprendidas entre los 6 y los 13 años, están organizados en tres grupos: los de 6 y 7 años; los de 8 y 9 y los de 10 a los 13. Estos tienen un monitor por cada 10 niños siendo un total de 7 monitores, especializado cada uno en la materia que imparte o actividad que realiza.

Estas actividades son globoflexia y magia; animación a la lectura; técnicas de estudio; cocina; manualidades; deportes; lenguaje de signos; expresión corporal y taller recreativo. Además de la salida diaria a la piscina municipal y de fiestas, juegos y excursiones a La Isla, el parque infantil de tráfico y el parque ornitológico Los Pinos. Una de las ofertas optativas es la comida que sirve un cátering de Cáritas y que supone un precio adicional de 4 euros diarios. "Se han quedado a comer unos 26 niños en julio y esperamos 15 para agosto", señala Fernández. Sin comida, el precio por niño es de 72 euros.

INSTALACIONES Los talleres se desarrollan en las aulas y patios del colegio La Paz, incluyendo su comedor, donde los niños reciben la comida y realizan el taller de cocina. "Es el lugar que nos ha asignado el ayuntamiento pero vienen niños de toda la ciudad, no solo de La Data", aclara Olga Fernández. Además de la piscina municipal donde realizan actividades diarias.