Ni el frío de ayer ni la lluvia de la noche del domingo pudieron con la celebración de san Fulgencio de las amas de casa. Unas 300 personas se reunieron ayer en la plaza Mayor para degustar las mil raciones de migas y cien kilos de perrunillas que repartieron las mujeres para festejar al patrón de la diócesis.

La celebración comenzó a las doce con la misa solemne en la catedral, que presidió el obispo Amadeo Rodríguez y no había terminado cuando unas 200 personas ya hacían cola en la plaza Mayor para conseguir su ración de migas, dulces y vino.

La presidenta de las amas de casa, Mercedes Cáceres, destacó la participación y la colaboración de La Caleta, que puso las migas y dulces, y de La Pitarra del Gordo, que hizo lo propio con el vino de pitarra --hasta 80 litros prepararon--. Además, el ayuntamiento instaló contenedores para los platos y vasos de plástico y Protección Civil estuvo pendiente de que el reparto discurriera sin incidentes.

Mientras, la asociación de tamborileros de la universidad popular puso música al acto como lo hizo en la Noche de Antruejos del domingo el grupo El Pandero, del hogar de mayores de la avenida de la Vera. A pesar de la lluvia, unas 50 personas se reunieron, también el domingo, ante la catedral para escuchar el pregón de Sixto Luceño, presidente del CIT. Los amigos de la capa pusieron el acompañamiento carnavalesco y tras el recorrido por la zona monumental, tuvo lugar la fogata para quemar todo lo malo del 2005. El acto terminó con una queimada, cortesía de Gambrinus.