El concejal de Interior, los propietarios de las pistas de verano y responsables vecinales han llegado a un acuerdo para hacer compatible el descanso vecinal con la diversión durante los fines de semana de julio y agosto y que los ruidos y las quejas por estos no vuelvan a repetirse.

Reunidos a tres bandas el concejal Francisco Martín, los dueños del Hook, Sabor y La Rotonda y representantes de la federación vecinal y las asociaciones de Rosal de Ayala y Miralvalle --las más afectadas en veranos anteriores por los ruidos-- llegaron ayer al acuerdo de que los industriales harán una autorregulación del volumen de ruidos y que la música deberá cesar a las 5.30 horas para desalojar después "en un tiempo prudencial", en palabras de Martín.

Este advirtió de que los turnos de la policía local se reforzarán los fines de semana y que los agentes pasarán por los establecimientos para comprobar que cumplen lo prometido. Además, la policía tiene orden de comprobar las llamadas vecinales y en quince días, los reunidos ayer volverán a verse para hacer un seguimiento del acuerdo.

Aunque todos destacaron que el año pasado apenas hubo problemas y las reformas realizadas en los establecimientos para frenar los ruidos, Martín advirtió de que, si incumplen el acuerdo, el ayuntamiento aplicará la ley para amonestar o cerrar un fin de semana el local infractor.

Además, los industriales --que afirman tener las licencias necesarias-- han pedido un autobús nocturno para el traslado a las pistas y han prometido promover el consumo responsable.