Es una de las consecuencias de la crisis, la falta de recursos económicos que lleva a no tener dinero para comer y a recurrir a comedores sociales o a vales de comida. Esta la situación por la que pasan cada mes en la ciudad cerca de 500 personas, a las que ayudan asociaciones como Cáritas, Klesis o Cruz Roja.

Precisamente por la crisis surgió el comedor social de Cáritas Interparroquial, que ofrece comida a diario a una media de entre 35 y 40 personas. Sor Julia Figueredo, su responsable, explica que la mayoría son familias con niños pequeños y en paro y también transeúntes que llegan de paso a la ciudad. Advierte de que "hay mucha gente que tenía recursos, pero se les ha acabado el paro y tienen una hipoteca".

La comida la pagan con donativos, pero Figueredo ha pedido colaboración porque ya no tienen donativos para poder pagar los alimentos de octubre. En caso de no conseguirlos, los asumiría Cáritas, explica.

También de Cáritas depende el Centro de Atención a Transeúntes, con un comedor por el que pasan una media de doce personas al día y donde "está entrando y saliendo mucha gente", según su director, Iván Torres.

La asociación evangélica Klesis reparte alimentos el primer sábado de cada mes a unas 125 familias, 390 personas aproximadamente. En su mayoría son "familias sin recursos o en paro, afectados por la crisis económica y que de esta forma cubren sus necesidades básicas". Además, Cruz Roja ha culminado recientemente una campaña de reparto de vales de comida que han llegado a unas 30 familias.