Agujas y lana. Un punto y otro y otro y así hasta conseguir confeccionar varias mantas en un trabajo colectivo ideado por la asociación Placeat y que ayer consiguió la inclusión de sus usuarios con voluntarios de la ciudad y de distintas poblaciones y también el trabajo conjunto por un fin solidario, ayuda a la asociación local Red Madre. Así fue la primera tricotada organizada por Placeat.

Como toda primera vez, el colectivo no sabía cómo funcionaría, pero el resultado fue un éxito. «Hemos superado las expectativas. Ha venido mucha gente y tenemos que estar pidiendo sillas cada dos por tres», explicaba ayer Sara Hernández, monitora del taller de punto.

Solo de Placeat pasaron por la plaza de abastos sus 150 usuarios, en turnos, aunque muchos se quedaron toda la mañana. A ellos se sumaron personas a título particular, la mayoría mujeres, y otras de asociaciones, como un colectivo de personas con discapacidad de Béjar y cuatro mujeres de una asociación de voluntariado de Hervás. Estaban distribuidos en diferentes mesas, con usuarios de Placeat mezclados con el resto de voluntarios para conseguir así la inclusión. «La gente ha sido muy receptiva y los chicos están integrados», destacaba Hernández.

No faltó una representación de Red Madre, asociación que ayuda a las mujeres embarazadas y con niños de hasta dos años que no pueden costear sus gastos. Para ellos será el dinero que se consiga con la rifa de las mantas confeccionadas en esta tricotada colectiva. Se ha conseguido con un trabajo en cadena, con monitores y distintos niveles y, para atraer voluntarios Placeat decoró varios árboles de la plaza Mayor y también la entrada a la plaza de abastos.