¿Tiene una sensación agridulce por ser la candidata del PP a la alcaldía dada la situación?

--Ni muchísimo menos. Es un privilegio y un honor para cualquier persona ser la candidata a la Alcaldía de su ciudad aunque es evidente que a nadie le gusta verse en los periódicos con referencias a tu persona un tanto salidas de tono porque uno no es de piedra, pero a partir de ahí espero de la responsabilidad de la gente y de los gestores.

¿Alguna vez pensó que no haber nacido en Plasencia pudiera ser objeto de críticas?

--Jamás y menos en estos tiempos y en una ciudad tan acogedora como Plasencia donde siempre me he sentido querida y donde vivimos tanta gente que, como yo, lo más grave que hayamos cometido es haber nacido a once kilómetros o más aunque tengamos aquí nuestra vida.

Dijo en su presentación oficial que podía haber tenido destinos políticos más cómodos, ¿hablaba de diputada en la Asamblea de Extremadura?

--Podía ser. Las aspiraciones políticas no son peyorativas, pero repito que luchar por tu ciudad es algo muy grande.

--¿Cómo valora los localismos?

--Los discursos localistas están bien sin caer en exclusiones y yo soy la primera que iré a Cáceres, Madrid o Bruselas a defender lo que objetivamente corresponde a Plasencia.

--¿Qué opina de la disciplina de los partidos?

--Estar en un partido político es algo voluntario y uno acata las normas, la organización y cómo se toman las decisiones. Si el partido hubiera optado por José Luis Díaz, sin duda lo hubiera acatado.

--¿Le preocupan los resultados electorales?

--Espero que no y por eso apelo a ponernos a trabajar desde la sede responsablemente.