El albergue que abrió Cáritas Diocesana en Navidad seguirá abierto mientras dure el frío en un intento de evitar que nadie duerma en la calle, pese a que los transeúntes más conocidos siguen prefiriendo dormir bajo las estrellas. Ello pese a que la única norma que exige Cáritas es asearse y cumplir un horario. De manera que algunos han optado sólo por ir a comer, pero se niegan a quedarse a dormir, según han confirmado los técnicos de Cáritas.