La alcaldesa, Elia Blanco, ha cogido el toro por los cuernos para tratar de poner orden en el conflicto interno que vive la Policía Local tras las desavenencias que se arrastran desde hace años y que son conocidas públicamente entre la plantilla y su jefe, con el que ayer mantuvo una primera reunión. El equipo de gobierno saliente confió la solución a la futura convocatoria de una plaza de intendente sobre la que tendrá que pronunciarse ahora el PSOE.

La situación actual es de vacío de poder por la ausencia del jefe, que sobrevino después de que el alcalde saliente le propusiera pasar a otras funciones municipales visto que la plantilla presentó un escrito donde se negaban a reconocerle su autoridad. Su sustituto, el subinspector Quijada, está de baja por operación. La convocatoria de las obras del nuevo cuartelillo también es una prioridad.