El mal asfaltado de las calles céntricas, el diseño de las alcantarillas y el difícil acceso a diversos edificios. Esto son los tres aspectos que la asociación El Bordón destaca como las principales barreras arquitectónicas que existen en la ciudad. Así lo comprobaron el sábado al realizar una ruta por el casco monumental en sillas de ruedas, muletas y con los ojos vendados.

La ruta comenzó en la plaza Mayor y de ahí caminaron por Las Claras hacia la catedral, pero al llegar allí "no había forma de bajar", explica el presidente de la asociación Jesús Muñoz. Estos tuvieron la intención de bajar pero los discapacitados argumentaron que "se podía romper la silla, que cuesta entre 2.000 y 3.000 euros, se podía caer el que iba sentado o se podía hacer daño en la espalda el ayudante", informa Muñoz. Así, tuvieron que regresar a la plaza y bajar por la calle Trujillo donde también encontraron obstáculos.

El asfaltado y el diseño del alcantarillado también dificultaron la ruta, puesto que tuvieron que esquivar las alcantarillas, ya que las ruedas se metían por las ranuras. Con dificultades, llegaron a San Nicolás pero fue imposible acceder a Santo Domingo y el parador, ya que, según informa Muñoz, la cuesta y el empedrado lo dificultaron.

De todo esto tuvo constancia el concejal de Movilidad, Paco Martín, quien explicó ayer, en una emisora de radio, que "es cierto que hay dificultades para el desplazamiento de estas personas y, aunque no tenemos una varita mágica para eliminar de un día para otro las barreras que existen, las vamos a quitar poco a poco, teniéndolas en cuenta en los edificios nuevos", aseguró.

Martín y Muñoz coincidieron en que "hay que ponerse en la piel de la persona que va en la silla de ruedas, que sufre esto, y es así como se ven realmente las dificultades que se encuentran en el día a día".