Al menos una semana llevan acampados primero en San Lázaro y después en La Data un grupo numeroso de menores con sus padres, temporeros portugueses a los que la policía local invitó ayer a desalojar el campamento aunque se negaron alegando que tuvieron que hacer un alto en el camino para que uno de ellos recibiera asistencia médica. "De aquí no nos podemos ir porque mi padre está en el hospital".

Así se lo han dicho también a los policías, a quienes contaron que iban camino de Navaconcejo a la recolección de la cereza. Al menos hay doce niños menores de edad por lo que el concejal de Bienestar Social y Educación, Victoriano Durán, se comprometió ayer a designar una asistente social para que les visite hoy mismo. La policía local, mientras tanto, les pidió ayer que desalojen porque no está permitida la acampada libre en el vial de La Data que está más próximo al río Jerte, que es donde se han asentado tras los primeros días que pasaron junto al puente San Lázaro.

Las asociaciones de vecinos de la zona ya habían advertido de su presencia esta semana a la edil de Seguridad Ciudadana, Josefa Pérez Camisón. No para quejarse porque no han dado problemas, sino por los niños. Pero ahí siguen viviendo y durmiendo en tres tiendas de campaña y los hay desde con pocos meses de edad a los dieciséis años. A los desconocidos los reciben con la curiosidad del niño mientras sus padres con desconfianza y preocupación lógicas.