Los autobuses urbanos han vuelto a convertirse en víctimas del vandalismo, ya que en cinco días unos desconocidos han roto a pedradas las lunas de dos de los nuevos vehículos que se estrenaron hace dos años. La cooperativa Los Arcos, que gestiona el servicio, ya ha denunciado los hechos ante la policía local y en la comisaría y ha pedido más vigilancia ante el temor de que pueda ocurrir algún accidente.

Lo que más les preocupa es "la integridad física de nuestros conductores y de los pasajeros" por el hecho de que alguna piedra al romper el cristal pueda herir a alguien o porque el conductor puede dar un volantazo y provocar algún accidente, según advertía ayer el portavoz de la cooperativa, Rufino Vázquez.

Este, ha recordado además que desde que empezaron a circular los nuevos autobuses hace dos años son ya siete las lunas que los vándalos han roto a pedradas y que les han costado unos 9.000 euros. Pero Vázquez insiste: "El dinero ya está perdido, pero lo importante es la seguridad de los que van en el autobús". Además, se extraña de que "cuando teníamos los autobuses viejos, que incluso dormían en la calle, nunca pasó nada y no entendemos por qué ahora sí".

"VAS CON MIEDO" Las últimas pedradas que les han roto las lunas las han recibido el viernes pasado y hace dos días, en ambos casos pasadas las nueve de la noche y en el cruce de Dolores Ibárruri con Miguel de Unamuno, en el barrio de La Esperanza. El miércoles, solo iba el conductor en el autobús, que ayer resumía el sentir del colectivo: "Cada vez que pasas por esa zona vas con los nervios de punta y mirando hacia arriba por si va a caer alguna piedra de algún sitio. No vas a gusto haciendo tu trabajo sino con miedo".

Por eso, piden medidas policiales antes de que se vuelvan a repetir las pedradas: "Que la policía se pase por allí de paisano y con coches camuflados para que los responsables no les vean y puedan cogerlos in fraganti".