Han pasado de un espacio escondido y de acceso laberíntico en el consistorio a descansar en la casa histórica que fue sede de la comisaría de la Policía Nacional, en la calle Zapatería y la plaza de San Martín. Se trata del archivo municipal -no el que alberga documentos históricos, que está en Las Claras- sino el llamado archivo intermedio porque los textos aún tienen un valor administrativo y, ni son históricos, ni se pueden destruir, como sucede con los que pierden su valor.

Ayer tuvo lugar la inauguración oficial de este nuevo archivo municipal en una casa de entre finales del siglo XVIII y principios del XIX que ha pasado por obras realizadas por los servicios municipales y que se distribuyen en despachos para los dos archiveros, salas de investigación y el archivo propiamente dicho, con estanterías de documentos.

Exactamente y según explicó ayer la archivera y cronista oficial de la ciudad Esther Sánchez, hay 2.669 cajas y carpetas en la planta baja y otras 1.539 en la primera planta. En total, 4.208 que datan desde 1925, con las actas de la comisión permanente, hasta nuestros días. Están los padrones municipales desde 1935, censos electorales, actas de plenos y un amplio espacio se lo llevan los documentos urbanísticos, sobre todo «a partir de los años 90 con el boom urbanístico y el Plan General de Ordenación Urbana, el Plan Especial de Protección del Recinto Intramuros...»

Además, las estancias se han decorado con elementos antiguos como máquinas de escribir, de taquigrafía, e incluso una antigua operadora de telefonía. El alcalde dijo ayer que la intención también es que sea un espacio dinámico y que albergue exposiciones, incluso de documentos del archivo histórico. El horario de acceso y atención será de ocho a tres de la tarde.

Subrayó Fernando Pizarro que, con esta inauguración, sumadas a las nuevas estancias del archivo diocesano y el histórico municipal, Plasencia es «la ciudad que mejores instalaciones tiene» en materia de archivos.

6 años de trabajo / Dijo Pizarro que el día de ayer era «importante» porque el ayuntamiento lleva trabajando seis años en el traslado del archivo municipal. Explicó que su ubicación en el consistorio «no garantizaba la salvaguarda de los documentos. Era un lugar poco digno y poco apto, que no reunía las condiciones para la investigación».

Destacó que la archiverá alentó su traslado y también el CIT y Pedro de Trejo y pudo hacerse al trasladarse la comisaría y tras negociar el ayuntamiento con el Estado su adquisición, finalmente a través de una permuta, y después de que el gobierno anterior no dejará por escrito la obligación del Estado de revertir el edificio al ayuntamiento.