Increíble, pero cierto. Todo un senador y no conoce el artículo 20. Que no se asuste Juancho Alvarez, que no es un nuevo modelo de telefonía móvil, sino lo que marcó un antes y un después en la libertad de expresión en este país. Dice así: "Se reconocen y protegen los derechos a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades".

Pero en puertas de la Constitución europea que tanto ilusiona al PSOE de Zapatero, el senador socialista por la provincia de Cáceres no sabe de la Constitución española de 1978 y pide al juez que pregunte al periodista quién o quiénes filtraron la factura de las 228 llamadas que le hizo en un mes una concejala desde el teléfono móvil asignado por el ayuntamiento y pagado con fondos públicos. Poco le ha importado al senador socialista que los paganini fuéramos los placentinos, que el episodio fuera tan cierto como la vida misma y que la propia concejala acabara dimitiendo.

Lo que quiere es saber cómo llegó a enterarse la opinión pública. Tan preconstitucional como la Ley de Prensa e Imprenta de 1966 de Fraga, entonces ministro de Información y Turismo. Mucho ha tenido que llover para que este Estado nuestro de Derecho garantizara el acceso a la información y la libertad de expresión, lo que tanto anheló Pablo Iglesias desde las páginas de El Socialista , para que un senador del Partido Socialista venga ahora con estas y se enrede además en una caza de brujas entre sus compañeros de partido porque dice sentirse víctima de una conspiración del aparato dillanista del que también él fue preso y beneficiario cuando la suerte le sonrió políticamente hablando. En fin, ¿no tiene nada que hacer en la Cámara Alta? Pues que aproveche para leerse nuestra Constitución, que de arquitectura suponemos que sabrá más.