Encarnación López cumple hoy cien años. Es la residente más longeva del asilo de las Hermanitas de los Pobres, por eso le han preparado un homenaje, al que no faltarán sus familiares, hasta un total de 21.

La celebración comenzará a las once de la mañana con una misa de acción de gracias, a la que seguirá una obra de teatro a cargo de una docena de compañeras, de entre 88 y 96 años, que disfrazadas de estrellas, harán saber a la homenajeada que "la estrella que más brilla en el asilo es ella", como explicaba ayer la madre superiora del centro, Sor Carmen.

Además de celebrar su centenario, los residentes del asilo quieren demostrar a Encarnación López su agradecimiento, ya que "es una persona que siempre está pendiente de los demás, que ayuda a todo el mundo en lo que puede y está pendiente de todos, hasta de cambiar a una anciana una cuchara porque le pesa", relata su cuidadora, Sor María del Carmen.

CON BUENA SALUD Pese a ser la mayor del asilo, la homenajeada tiene una mente clara y buena salud. Ella misma cuenta: "Todavía hago ganchillo, pero la vista va muy mal" y las hermanas destacan de ella que "es una persona muy sencilla, muy humilde y muy pacífica, que siempre se ha amoldado a las cosas".

Soltera y con siete hermanos ya fallecidos, Encarnación López lleva ya 23 años en el asilo, pero recuerda con claridad sus años de infancia, sus numerosos trabajos "en muchas casas sirviendo. Estuve en Lérida, en Madrid y aquí muchos años con los Torres de la Calle" y la dureza de aquellos años porque "he cargado con leña, con cubos de agua, con sacos de pan y también he lavado en el río".

Cuenta que aprendió a leer y a escribir "de afición" y gracias a un hermano mayor que fue a la escuela y recibe con alegría y humildad este homenaje, ya que dice: "Creo que no merezco tanto, pero estoy contenta por ver a la familia". De hecho, de entre los sobrinos que la acompañarán hoy, habrá una de Alemania que apenas recuerda porque hace quince años que no la ve.