El lunes terminará la odisea de los semáforos para los vecinos de la avenida del Valle. Tres años después empezará su instalación para controlar la velocidad en una de las avenidas más transitadas de la ciudad donde el radar de la policía local ha cazado a vehículos a más de 70 kilómetros por hora cuando está limitada a cuarenta.

Está previsto uno por cada uno de los cuatro pasos de peatones que hay desde la puerta Talavera a la estación de autobuses y que no sean los intermitentes que obligan a aminorar la velocidad, sino de regulación del tráfico. Pero lo que confirmó ayer el portavoz municipal, Pablo Sánchez del Mazo, es que esta vez el plazo es definitivo y el lunes empezarán las obras. El plazo de ejecución ronda los treinta días.

RIFIRRAFE Ha sido uno de los caballos de batalla de la asociación de vecinos que preside Francisco Barbancho y su retraso se debe al rifirrafe mantenido desde los tiempos de Díaz entre el ayuntamiento y el ministerio sobre a qué administración corresponde por tratarse de la travesía de la carretera N-110.

Finalmente en verano la alcaldesa, Elia Blanco, arrancó a la delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, el compromiso de que Fomento asumiría la obra previsiblemente en octubre. Va a ser un mes después mientras los vecinos volvían a desconfiar de si volvía a ser una promesa incumplida. El uso del radar este verano en la avenida logró frenar la velocidad en buena medida, pero no evitó accidentes aunque por suerte no fueron de gravedad, pero tampoco el cansancio de una asociación de vecinos que llegó a advertir con convocar movilizaciones si se retrasaba aún más.