Es el protocolo que ha establecido el ayuntamiento. Cada vez que arden contenedores en la ciudad, se denuncia ante la Policía Nacional. Lo ha confirmado el concejal de Medio Ambiente, Luis Miguel Pérez Escanilla, quien el pasado verano ya advirtió de que esta iba a ser la actitud municipal, al haber podido comprobar «indicios de que hay una intencionalidad».

De hecho, en julio desveló que los bomberos habían encontrado un «iniciador retardado» en un contenedor, tras acudir a sofocar uno de estos incendios.

De momento, el ayuntamiento no ha tenido noticias de que se haya detenido a alguno de estos pirómanos, y las quemas siguen produciéndose.

De hecho, la última fue el pasado domingo y provocó que en el centro de servicios Placeat se llevaran un buen susto. Porque los que ardieron fueron los contenedores situados en la calle Rodrigo Alemán, justo al lado de una de las puertas del edificio.

«Por suerte, no hemos tenido que lamentar ningún daño personal y únicamente se han visto afectados algunos elementos del edificio, como los setos más próximos, etc...», señalaba la asociación a través de las redes sociales. Al mismo tiempo, agradecía la «rápida y eficaz labor de los vecinos, los bomberos y la policía, que sofocaron las llamas inmediatamente, impidiendo su propagación».

El año pasado, los bomberos acudieron en 11 ocasiones a apagar fuegos en contenedores. Este año, ya han superado la quicena de salidas por este motivo. En un caso, el fuego obligó a una familia a tener que desalojar su casa de madrugada, pero también han ardido ante la residencia de mayores San Francisco y ahora ante un centro de personas con discapacidad intelectual.