El año pasado, el ayuntamiento consiguió contratar a 45 personas con cargo al plan de empleo social in extremis. Incluso pidió una prórroga a la Junta que no se le concedió por las dificultades de tiempo para realizar la selección y contrataciones, ya que requieren un informe social previo. Este año, el ayuntamiento sigue a la espera del decreto de la Junta que regula de nuevo el plan. «No esperamos muchos cambios y sabemos que vamos a tener dotación, pero no sabemos ni cuánta ni cuándo», señalaban ayer desde el ayuntamiento.

Así pues, hasta que el consistorio no conozca con cuánto dinero cuenta para el próximo plan no podrá reunir a la mesa de negociación para aprobar las bases, ni podrá comenzar la preselección del Sexpe, ni las trabajadoras sociales podrán hacer los informes pertinentes. Y todo teniendo en cuenta que la segunda fase de contratados, otros 45, termina sus contratos el 31 de diciembre y el 1 de enero deberían estar trabajando los nuevos empleados para no afectar a los servicios.

Mientras el ayuntamiento sigue a la espera de la publicación del decreto de la Junta en el diario regional, el alcalde visitó ayer la nueva lanzadera de empleo, con sede en el edificio de servicios sociales.

Participan 20 personas, con edades comprendidas entre los 18 y los 45 años (por primera vez se podían superar los 35).

Su coordinadora es Cristina Campo y trabajarán cinco meses con el objetivo final de lograr un empleo. La promueve la Fundación Santa María la Real, con fondos de la Junta a través del Fondo Social Europeo y la colaboración del ayuntamiento.