La ordenanza municipal de tenencia de animales está, en algunos aspectos, obsoleta. Recoge las sanciones en pesetas, no incluye la regulación de un registro de animales peligrosos, ni qué hacer con animales abandonados en dominio público, ni los espacios para perros. Por estos y otros motivos, el concejal de Servicios Municipales y Medio Ambiente, Luis Miguel Pérez Escanilla, se ha propuesto iniciar el proceso para modificar la ordenanza.

Ya lo intentó en la legislatura pasada, pero no fructificó porque su intención era lograr el consenso de la corporación y no lo hubo. Ahora, también apuesta por crear una ordenanza "consensuada, porque es para la ciudad, sin signos políticos y el objetivo es mejorar las condiciones de habitabilidad".

Señala que es obligatorio modificarla porque debe regular el registro de animales peligrosos, las condiciones que deben cumplir estos animales y sus dueños. Pero quiere aprovechar para actualizarla lo máximo posible. Lo primero que prevé es elaborar un borrador con nuevas medidas "completamente abierto y voluntad de completarlo con las aportaciones de todos".

De momento, apunta que su intención es incluir la forma de actuar con los animales mostrencos (burros, caballos y mulos) porque "los encontramos con frecuencia en el dominio público pastando y algunos han provocado accidentes y no está regulado el procedimiento para retirarlos cuando no están identificados y sí hay base legal para ello", señala Escanilla.

También prevé actualizar el régimen sancionador para conductas como no recoger los excrementos de los perros o llevarlos sueltos. "Se podría crear una tasa que revertiera en actuaciones municipales para mejorar los espacios para perros, por ejemplo".

De igual modo, el concejal quiere negociar y pactar los espacios para dejar a los perros sueltos, con o sin horario, que ahora no están incluidos en la normativa local.

De todas formas, todas son propuestas que deja abiertas para hablar y consensuar con los partidos de la oposición, de la que dice esperar "más sensibilidad porque hablamos de un objetivo de convivencia" y además, como ya hizo a la hora de decidir los espacios para perros, le gustaría contar con la participación de colectivos implicados, como las asociaciones de vecinos, las protectoras de animales y las clínicas veterinarias.