A mí no me escandaliza ya que reciban a pedrada limpia a la policía en el Bronx; por algo se conoce más así que por Gabriel y Galán. Pero lo que sí me da vergüenza ajena es que el concejal de Seguridad Ciudadana, Blas Raimundo, diga que es una gamberrada de niños cuando él bien que se apresuró a pedir refuerzos policiales por el teléfono móvil cuando le llovían las piedras y más todavía que chantajee a las asociaciones de vecinos para ocultarlo a la opinión pública con la excusa de no crear alarma social. Si eso le hacen los niños a la policía, qué no harán sus papaítos a los convecinos que se están organizando en patrullas ciudadanas. Suficiente motivo éste de alarma que ya debía haber hecho reaccionar a la misma Junta que creó el gueto, a la delegación del Gobierno y al ayuntamiento, pero parece que los del Bronx son vecinos de tercera categoría y esto, señores socialistas, está pasando en la periferia. En el centro no lo permitirían. Pero claro, si estos socialistas andan más preocupados por recuperar el portátil municipal que se llevó la exconcejala de policía... aunque ya le vale.