Marisol Ardila ha tenido que cambiar hasta tres veces varios escaparates de su tienda Estuco, en la calle Talavera, por los destrozos de los vándalos. La última ha sido tras encontrarse una luna rota hace quince días, que ha pagado de su bolsillo pese a tener seguro: "Como era el escaparate pequeño, decidí pedir presupuestos, me pedían hasta 120 euros, pero al final me ha costado 70".

La razón de no recurrir esta vez al seguro es que ha tenido que dar parte dos veces anteriores por sendos destrozos en la luna más grande, que calcula costará unos 660 euros, y ya se lo han subido: "La segunda vez que di parte me doblaron el seguro así que hasta que no me vuelva a pasar algo gordo, no cambio más cristales".

Pero el hecho de ser la suya una de las tiendas más atacadas por los vándalos no sólo le ha afectado al bolsillo: "Anoche hasta soñé que me rompían todos los cristales y me forzaban la puerta de la angustia que tengo ya". No es de extrañar que esté cansada: "Estoy muy cansada y muy harta porque tengo alarma, pero les da igual y cada vez que vengo los lunes por la calle, me voy asomando despacio con el temor de que me hayan vuelto a romper algo".

Incluso desvela que hace un tiempo acudía cada domingo a su tienda para comprobar que no le había vuelto a tocar a ella. "Es que ya entre los comerciantes de la calle hasta bromeamos diciendo que a ver a quién le toca el próximo fin de semana porque no hay uno que no pase algo".

Pese a sentir impotencia, ha decidido poner cámaras de seguridad y dejar las luces de los escaparates encendidas para que no le vuelva a pasar mientras reclama "que pasee por aquí la policía porque si los chicos saben que están por aquí, no lo hacen, y yo que salgo los fines de semana nunca he visto policía".