Los hosteleros de la calle de los vinos colocarán el próximo lunes un toldo en esta vía como lo llevan haciendo los últimos años durante la celebración de la feria. Lo harán, seguramente, con la atenta mirada de una de las vecinas, Pilar Acosta, que se niega a que la lona esté en su fachada y que está dispuesta a plantarse delante de su casa para que no la enganchen en su pared.

Pero los propietarios de los bares situados en esta céntrica calle no han puesto ningún impedimento para solucionarlo "porque es una tontería estar a mal con los vecinos por esto", explica el dueño de La Herradura, quien propone sujetar la tela con unas cuerdas desde los dos edificios colindantes al afectado y tirar sobre la lona "para que se abra y pueda entrar la luz al piso de la señora", tal y como ya se hizo, según asegura, en otra ocasión en la que otros vecinos también se quejaron y pidieron lo mismo.

POCA LUZ Pilar Acosta, por su parte, puntualizó ayer que no le importa que coloquen la lona a lo largo de la vía pública, pero lo que no quiere es que se sujete en su fachada porque "impide la entrada de claridad en mi piso y tengo que tener la luz encendida a todas horas". Y es que, según resalta, el toldo normalmente se instala en junio "y está aquí hasta después del Martes Mayor, que se celebra en agosto".

Como respuesta, los hosteleros explican que para la colocación piden su correspondiente autorización por escrito al ayuntamiento y lo hacen por la feria "porque son las verdaderas fiestas y son muchos días", asegura el titular de otro bar de la calle, aunque concreta que si se pudiera aguantar hasta el Martes Mayor, "mucho mejor porque nos evitaría pagar más por la máquina que nos la instala", argumenta. Y es que, es importante la colocación de la lona, según todos los dueños de los bares, "porque durante estos días, en los que se concentran tantos ciudadanos en la calle, la tela corta mucho el calor". Más aún en una vía en la que se concentra toda la movida para tomar cañas y los jóvenes se juntan para vivir la feria.