Hartos de sufrir pintadas, uno de los comerciantes afectados se decidió a instalar una cámara de vigilancia que grabó, in fraganti , a la autora de los garabatos de colores que afean la fachada de su tienda y denunció. Otras cinco denuncias han sido presentadas después en la policía, pero sin pruebas, por mucho que parecen obra de la misma persona por el uso de los mismos colores y, más recientemente, incluso de huevos arrojados contra los escaparates.

Coincide también que las tiendas afectadas son, en su mayoría, de ropa, están ubicadas en el centro y que algunas han sufrido esta oleada de pintadas de forma reincidente. "Me ha tocado limpiarlas hasta tres veces y ahora encima me tiran huevos", cuenta, desesperada ya, la propietaria de una de las afectadas de la calle del Rey.

Fuentes policiales explican que no bastan los indicios, sino que hacen faltas pruebas, por mucho que se repita el modus operandi de pintar cada día con un mismo color las fachadas, rejas o escaparates. Por lo que la queja en el sector es unánime: "Que vigile la policía porque esto a nosotros nos está costando mucho dinero y no hay derecho a venir a trabajar pensando qué te vas a encontrar cada día".