Si alguien ha visto ratas últimamente por la calle, que no se asuste. No hay una plaga en la ciudad. Si salen, es para morir después de haber ingerido veneno que ha colocado la empresa de limpieza con motivo de una campaña de desratización que se ha intensificado este año debido a la obra del Arroyo Niebla.

Según ha explicado el concejal de Medio Ambiente, Luis Miguel Pérez Escanilla, todos los años por el mes de octubre, se lleva a cabo una campaña de desratización, pero este año se ha reforzado porque se preveía que, con las obras de canalización del Arroyo Niebla, las ratas tendrían que buscar otra ubicación.

Así, hace ya tres meses que los operarios de limpieza iniciaron la campaña. Entonces, el nivel de ratas era bajo, pero últimamente, en algunas zonas de la ciudad se ha visto a estos roedores, sobre todo por la noche. Por eso, el mensaje que ha querido trasladar la concejalía es de calma porque "si salen es porque el veneno que se les ha puesto las atonta y les desorienta y salen a la superficie para después morir", señaló el edil.

Precisamente, la campaña ha consistido en la colocación de veneno para que sea ingerido por las ratas y en la instalación de cepos, ambas cosas siempre bajo las alcantarillas para que no haya peligro para la población. Los cepos se ponen diariamente y se revisan una vez por semana.

Respecto al veneno, el concejal también ha explicado que es "completamente inocuo para las personas", y ha pedido a los ciudadanos que, si en algún momento ven alguna rata viva o muerta por las calles, se pongan en contacto con el ayuntamiento para que la empresa de limpieza actúe.

De momento, el edil ha subrayado que la campaña ya está dando sus frutos porque, cuando se canalizó el Arroyo Nieblas, recibía avisos diarios de la presencia de ratas y sin embargo ahora han descendido a uno a la semana. Además, destaca que el buen tiempo beneficia a que la campaña surta efecto porque con las lluvias, las ratas tienden a salir a la superficie mientras que con el calor, se quedan bajo las alcantarillas y es más fácil que se tomen el veneno o caigan en un cepo de los instalados.

En opinión de Escanilla, en unos quince días estará controlado este movimiento de reubicación de los roedores --todos los días recibe informes diarios de la empresa sobre la campaña-- mientras se mantiene también la campaña de desinsectación habitual de todos los años.