El sábado volvió a ser ayer el día grande y el cañeo matinal se vino arriba con los visitantes después de una noche en la que los muy caseteros sufrieron un shock al ver las casetas más vacías que nunca. Salvo repuntes en Magenta, Tamboril, Plantagenet o la peña Flamenca mientras a las cuatro de la mañana la del PP ya estaba cerrada y para haber cerrado todas las demás.

Este año la moda ha sido la de alargar la hora de las cañas hasta que el cuerpo aguante porque los reyes de la noche han sido la caseta joven, única hasta arriba en todo momento, y el botellón de Torre Lucía. Calle de los vinos aparte, que volvió a dar juego ininterrumpidamente.

Pero ayer sí volvió a vivirse la estampa que más caracteriza a las ferias de Plasencia: cientos de cuerpos bailando al son de la charanga en medio de las calles. Como si la marea humana en la madrileña Puerta del Sol dejara por unos días de deambular para sus quehaceres y gente de todas las edades no parara de echarse unos bailes.

Hoy volverá a haber las numerosas actividades organizadas por el ayuntamiento para los niños en La Isla desde primera hora de la mañana y llega la tan esperada corrida de los vitorinos para El Fundi, Padilla y Leal seguida del ya tradicional coloquio en el Hotel Alfonso VIII. Pero todo acaba y toca mascletá nocturna, a las 22.30 horas en el ferial, para despedir las ferias hasta otro año. Isi Cobos pone la guinda a las 02.30 horas en la peña flamenca.