La Virgen del Puerto tiene una réplica de pequeño tamaño pensada para que la puedan cargar los niños. Hacía dos años que no salía en procesión, pero el sábado, volvió a hacerlo, gracias a la Cofradía de la Virgen del Puerto.

«Es una pena que esté guardada. Como cofradía, queremos transmitir a los niños la vocación mariana porque los niños son el futuro y esto no se puede perder», señala la presidenta de la cofradía, Leonor Nogales.

Por eso, el sábado se celebró la fiesta de la Virgen Niña, a la que estaban invitados todos los niños de la ciudad y que comenzó a las 11.30 horas con una misa en la que los pequeños pudieron participar y que contó, como acompañamiento, con el coro de la parroquia de San José y con los bailes del grupo Chispa.

Después, fue el momento de que los pequeños pudieran cargar a la Virgen y llevarla en procesión. Según Nogales, se necesitan entre 16 y 20 niños para transportarla, entre cuatro y cinco niños por cada brazo de las andas. El recorrido de la Virgen dependía de la climatología. Si no llovía, se haría por la explanada de la ermita porque «llegar a las tres cruces es demasiado para ello, se cansarían».

Pero esto tampoco fue posible porque la talla corría el riesgo de mojarse, asi que, finalmente, se decidió que el recorrido fuera alrededor del atrio.

Terminada la procesión, la cofradía repartió entre los niños bocadillos, fruta y agua. Tras la comida, estaba previsto realizar juegos tradicionales como la gallina ciega, el pañuelo, juegos con un paracaídas, pelotas y pintura de caras. La cofradía contaba con una carpa cedida por Protección Civil, pero el mal tiempo obligó a suspender esta última parte. Aún así, fue un día de devoción, convivencia y participación de los más pequeños.