Con lo poco política que es esta oposición, bien creo yo que su propuesta tiene más de buena fe que de trampa. Demagógica, como dice la alcaldesa, no sé si es, pero populista un rato largo porque no es más que un gesto por lo escaso de la cuantía y lo que sería de agradecer a la oposición es que sea más incisiva en la fiscalización del gobierno. Ahora tiene una oportunidad más efectiva forzando un debate sobre el presupuesto con propuestas de mayor calado que obliguen a los concejales del PSOE y a Victoria Domínguez a retratarse con políticas sociales e inversión donde no se entierre el dinero público, sino en cuestiones de verdadera necesidad. O en forzar un ahorro en móviles y menos pan y circo en tiempos difíciles. Ahora bien, el gobierno también debería argumentar por qué rechaza el gesto, que, confieso, me encanta que les haya puesto la cara colorada. Como se la pondremos a la oposición si no lo cumple.