Los rejoneadores Andy Cartagena y Alvaro Montes salieron a hombros en la última corrida de la feria, tras cortar cuatro y dos orejas, mientras que Antonio Domecq consiguió una. Domecq se topó de salida con un toro manso de libro que evitó la pelea. Tres rejones de castigo correctos sirvieron de anticipo a los quiebros de Nebli y Ruiseñor en banderillas y al acierto con las cortas. Los encuentros fueron tan apretados que en uno el toro le golpeó la rodilla derecha con la pala del pitón, haciendo que el último tercio fuera un suplicio. La suerte le recompensó con el cuarto de la tarde.

Andy Cartagena fue un ejemplo de corrección en el toreo a caballo. Lo hizo todo muy bien desde el punto de vista técnico, puso pasión y la plaza se entregó. Y eso que no tuvo suerte con su lote, dos toros paraditos, distraídos que buscaban la querencia y que hicieron que tuviera que recurrir al violín . Pero citó también de frente, clavó en los medios y tuvo galope de plaza a plaza. Un rejón casi entero acabó con el primero y un pinchazo un rejón con el segundo.

Alvaro Montes le echó muchos arrestos al primero de su lote, estuvo muy bien de principio a fin, mientras que sus monturas Tango , Piropo y Sol encantaron a un público entregado. Un único pinchazo hondo sirvió para dar muerte al toro. El rejoneador recibió al que cerró plaza en la puerta de toriles con la suerte de la garrocha. Todo lo demás fueron quiebros y cabriolas.