No hace falta ser Rapel para adivinar que el PSOE no vuelve a ganar unas municipales y lo malo no es que el PSOE pierda el tren, sino que lo está perdiendo Plasencia. No es de extrañar: si no son capaces de mantener abierta la sede del partido por impago de luz, agua y teléfono, cómo van a gestionar un ayuntamiento. De momento ´malamente´ con tantas intrigas politiqueras. Por lo menos Lidia Regidor ha tenido una salida digna con su dimisión, pero la crisis vuelve a cerrarse en falso y yo me pregunto si es que al PSOE no le interesa Plasencia.

Lo digo porque la ya exconcejala iba llevando la cosa cultural por buen camino y hubiera bastado con devolver el dinero para enmendar su error telefónico. Rectificar es de sabios y seguro que lo hará internamente porque quien tan grandes alegatos hizo a la libertad de expresión en su discurso televisado del pleno, seguro que respeta incluso lo que no le interesa escuchar, que para eso pertenece a esa generación de socialistas con estudios que ya la hubiera querido para sí Pablo Iglesias.

Y yo que creí que, como la Coca Cola, el PSOE era para los altos, para los bajos; para los gordos, para los flacos; para los guapos, para los feos y en fin para los que tienen y para los que no tienen carrera. Del más común de los sentidos es que ni el anuncio de Coca Cola dice nada. Pero mira que es lo mínimo que tenía que aparecer en el currículum de los políticos y los partidos erre que erre.

La alcaldesa y el secretario local del PSOE tienen que sellar la paz por el bien de los placentinos y más idealista fue Zapatero en la ONU. Pero que ni Elia Blanco ni Juancho Alvarez se inmutan, le toca al partido mover ficha para que empecemos a hablar de las inversiones que nos interesan a los administrados y se dejen de las eternas guerras internas --también vale para un PP de escaso nivel opositor-- Los padrinos, para los bautizos, y aquí a lo que se debe estar.